El aseo es uno de los lugares más íntimos por los que pasamos a lo largo del día. No obstante, en más de una ocasión nos toca ir al baño en lugares públicos, ya sea en la oficina, en la estación de trenes o en el hospital. En estos casos se da una situación curiosa, ya que un espacio a priori público pasamos a convertirlo en nuestro espacio de intimidad privado de forma temporal. Las cabinas sanitarias son precisamente las que posibilitan esto, dándonos la privacidad que necesitamos en ese momento.
Cuando se trata de la oficina, el baño o aseo cobra una importancia especial, ya que se convierte en uno de los espacios más frecuentados por los trabajadores después de sus mesas. Ya sea para hacer nuestras necesidades, peinarnos en el espejo o tener una excusa para estirar nuestras piernas durante un rato las visitas al baño suelen ser frecuentes, y de ahí la importancia de mantenerlo en buen estado.
Un baño dice más que mil palabras
Cuando estamos en una oficina y pasamos al baño, ese lugar nos dice mucho de la empresa en la que nos encontramos. Podemos averiguar si la empresa lleva mucho tiempo ubicada en ese edificio, si se trata de una gran o pequeña empresa, de la importancia que se la da a la apariencia y comodidad, de si están acostumbrados a recibir clientes o no, etcétera.
Imagínate que un cliente pasa al baño y se encuentra un espacio mal pensado y sin mantener. La imagen que se llevará de la empresa no dependerá únicamente de su personal y sus servicios, dependerá también en gran parte de sus oficinas, y los baños son parte indispensable de las mismas.
Bienestar para los trabajadores
Temas de imagen aparte, contar con un baño de calidad es indispensable para velar por el bienestar de los trabajadores. Al fin y al cabo ellos son los que utilizarán este espacio en su día a día. Contar con varios retretes separados en cabinas, por ejemplo, será indispensable si contamos con una plantilla más o menos grande. Evitando así que se formen largas colas.
Más allá de la disposición del aseo también es importante su mantenimiento. Asegurarnos de que los aseos se encuentran limpios en todo momento, así como en buen estado de conservación será clave para tener una oficina saludable. Porque estos espacios íntimos deben ofrecer la mejor experiencia posible para que tanto empleados como clientes se sientan como en casa.