5 aspectos a tener en cuenta en una ducha de minusválidos

1) La normativa de cada Comunidad Autónoma

Para lugares públicos existen normativas que marcan las Comunidades Autónomas y que deben de ser conocidas por quienes van a instalar duchas para personas con problemas de movilidad. En este artículo vamos a hablar de las duchas para minusválidos que se instalan en casa y que no están sometidas a normativas.

2) El espacio debe de ser suficiente para dos personas

No hay que olvidar que una persona con problemas de movilidad puede necesitar de ayuda para asearse. Muchas personas instalan una ducha en lugar de una bañera para sus mayores. Pero no cae en la cuenta de que con el paso del tiempo estos pueden ser más dependientes y precisar de otra persona que entre con ellos para ayudarles a asearse. Por eso hay que evitar los espacios pequeños, como las duchas de esquina.

3) No olvides incluir un asiento

Los asientos de la ducha son muy importantes en caso de personas con problemas de movilidad, pero acaban siendo muy apreciados por toda la familia. Permiten sentarse cómodamente durante la ducha y por eso muchas personas mayores los usan para poder lavarse los pies sin problema, sin miedo a perder el equilibrio al agacharse.

Los asientos abatibles son los más utilizados porque cuando no se usan quedan recogidos contra la pared y además, al ser fijos, no hay riesgo de que vuelquen.

4) Las barras de seguridad

Las barras de seguridad son importantes en todo el cuarto de baño pero más en el espacio destinado a la ducha. En algunos casos pueden ser necesarias barras a diferentes alturas. Este es el caso de personas que acceden en silla de ruedas pero que pueden ayudarse de las barras para levantarse para estar de pie durante un rato o para sentarse en el asiento de la ducha.

5) Mejor una ducha de obra

Es recomendable que la ducha no tenga ningún tipo de borde. Los platos de ducha cerámicos, por ejemplo, son un incordio porque son gruesos y esta altura es todo un obstáculo para personas con problemas de movilidad. Lo que mejor funciona en estos casos son las duchas de obra que no tienen un plato definido, sino que cuentan con una ligera inclinación del suelo y con un sumidero. Así, se puede usar el espacio que se necesite en cada momento.

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